Los temblores de la Garceta

La garceta común (Egretta garzetta), es un ave residente fácil de ver si nos movemos por humedales o cuencas hidrográficas en las que se alimenta de peces, ranas, réptiles, amfibios, gusanos e insectos, por lo que es muy sensible alas variaciones de la calidad del agua.

Garceta común - Martinet blanc (Egretta garcetta)

A pesar de que ahora goza de cierta estabilidad, a finales del s. XIX y principios del XX fue una especie gravemente amenazada. La razón es que se cazaban de forma masiva para usar sus plumas en la confección de sombreros (cosa que ya se hacía desde el siglo XVII). Puesto que sólo se usaban las plumas largas que los machos lucen en la cabeza en la época de reproducción (por lo que la caza afectaba al éxito de las puestas), hacían falta unos cientos de individuos para conseguir un kilogramo de pluma. En Londres, por ejemplo, una sola firma sacrificaba más de 200.000 garzas y garcetas al año para satisfacer al mercado. ¿Para echarse a temblar, no? Pero no es por esto que la garceta tiembla.

Sombreros confeccionados con plumas

Después de este resumen de uno de los muchos esfuerzos del hombre por cargarse el planeta, volvamos al tema.

Garceta común - Martinet blanc (Egretta garzetta)

A la hora de pescar o cazar sus presas, la garceta usa diversos sistemas. Seguramente a veces los habréis visto restar inmóviles o andar lentamente en aguas someras a la espera de lanzar un ataque veloz con su pico sobre su presa, otras veces persiguiendo algún bicho fuera del agua, y alguna otra manera más.

Garceta común - Martinet blanc (Egretta garzetta)

Frecuentemente lo que hace es remover el agua y suelo con sus patas mientras camina lentamente, con el objetivo de asustar a sus presas y así poderlas detectar para lanzarles uno de sus fatales "flechazos" tal y como se muestra en el vídeo a continuación.

Toda esta explicación es debido a que en el hide dónde grabé la secuencia, había unos padres con su hijo, el cual informó que a la garceta le temblaban las piernas, a lo que el padre contestó que era porque tenía frío. Obviamente esto no es ninguna crítica a ese señor, puesto que los no aficionados a las aves tienen conocimientos prácticamente nulos en la materia, y fue una respuesta que dejó al niño satisfecho. 

Pero vosotros, frikis de los pájaros, espero que no le deis nunca esta respuesta a vuestros hijos (o quien sea) si se os presenta la ocasión, y le podáis indicar el motivo de dichos temblores, e incluso explicarles el triste pasado de esta bonita ave.